Después de un accidente ¿sigo usando la misma silla?
Hemos sufrido un accidente sin daños personales, la silla está aparentemente bien, ¿cómo puedo saber si ha sufrido daños que requieran el cambio de la silla?
La Cláusula 15.3.7 de la normativa reguladora ECE R44 dice: “15.3.7 Se recomendará el cambio del dispositivo cuando haya estado sometido a tensiones violentas en un accidente;”
¿Cuando consideramos que la silla ha sido sometida a tensiones violentas? Dependerá indudablemente de la gravedad del impacto y de si la silla estaba ocupada por algún niño que sometiera a más carga a la silla debido a su peso.
Es por ello, y como es imposible determinar a simple vista si una silla ha sufrido daños internos en su estructura metálica, que se suela recomendar sustituir la silla si en el accidente ha saltado algún airbag del vehículo, factor indicativo de la magnitud del golpe y con el que podemos sospechar que efectivamente la silla ha sufrido.
La silla de auto es un sistema que debe realizar tres funciones cuando sufrimos un accidente:
retener al ocupante,
– absorber buena parte de la energía
– y desviar la restante a zonas del cuerpo que pueden soportarlo
Los materiales de lo que se compone el sistema se ven sometidos a picos de fuerza muy altos, y cada una de las funciones expuestas supone el desgaste de parte de dichos materiales. Por ejemplo, la capacidad de absorción de energía reside en parte en la cantidad de material deformable que contenga la silla. Este tipo de material, que disipa energía por deformación, no recupera su cualidad una vez pasado el estrés, de manera que aunque visualmente no se aprecie nada, es posible que en una segunda acción el material no responda de la manera adecuada.
Ese es el motivo porque los test de homologación someten a cada silla al ensayo una sola vez, no pudiendo reutilizar la misma unidad en otro test.
Lo que determina la normativa citada arriba por tanto, es lo coherente con esa apreciación: que ante un esfuerzo violento se sustituya el dispositivo utilizado.
Los accidentes son todos diferentes y a menudo entran en juego valoraciones acerca de la intensidad del mismo como el nivel de deformación que ha sufrido el coche (si lo hay), si han saltado o no los airbags, si la silla iba ocupada o en vacío… todo eso afectará a la decisión final sobre el cambio del dispositivo. Aquí exponemos únicamente la recomendación general.