Para comprender esta afirmación utilizaremos un ejemplo mucho más sencillo:

LAS ESCALERAS MECÁNICAS:

Nuestro cerebro está “programado” para entender que al subir a una escalera mecánica ésta se desplazará hacia arriba o hacia abajo haciéndonos llegar sin esfuerzo a nuestro destino…pero ¿Qué ocurre si al subir a una escalera de este tipo, ésta no se pone en funcionamiento? En ese momento aparece la sensación de mareo o de pérdida de equilibrio, pues nuestro cerebro reacciona ante un acontecimiento que se desencadena de manera diferente a la que estamos acostumbrados. ¿Acaso no sabemos subir o bajar una escalera? ¿Acaso nos mareamos al subir o bajar escaleras? ¿Qué diferencia hay entre una escalera convencional y una escalera mecánica? Desde un punto de vista técnico no existe diferencia alguna, somos nosotros quienes, ante un hecho que se sale de lo habitual, reaccionamos de forma distinta a la esperada.