Un familiar me da la silla que ya no necesita, pero he oído que las sillas caducan, ¿es eso cierto?
Los materiales de las sillas de auto se desgastan no solo debido al uso, sino también por el paso del tiempo desde su fabricación. Algunos materiales se deterioran más rápidamente que otros, lo que implica que debemos establecer un plazo después del cual no se puede garantizar que el sistema de retención infantil (SRI) funcione eficazmente frente al estrés causado por la liberación de energía en un accidente.
Por ese motivo los fabricantes han de indicar en sus productos cuál es el tiempo de vida útil, o dicho de otro modo, cuál es el plazo de caducidad de la silla.
La información de la que disponemos los consumidores y usuarios de SRI es vaga a este respecto, por lo que mucha gente piensa que puede utilizar un sistema siempre que la etiqueta de homologación indique alguna de las normativas vigentes (ECE R44/04 o 03 y UN R129). En otros países con normativa de homologación propia, como Estados Unidos, se hace constar en el producto su fecha de caducidad, como otros consumibles sujetos a desgaste, indicando al usuario en el manual de instrucciones cómo invalidar el dispositivo caducado antes de desecharlo, ante el peligro de que pueda rescatarse y seguir usándose por encima de su fecha de caducidad.
Cuando la caducidad no viene indicada, se asume que es de 5 años.
En Europa no tenemos ese dato disponible en la silla, pero sí conocemos el plazo de uso que da el fabricante, indicado en el manual de instrucciones de la silla. A partir del momento en el que la silla se desembala para su uso, podremos conocer su caducidad.
Cuando la caducidad no viene indicada, se asume que es de 5 años desde que se desembala por primera vez.