Desde que a principios de 2013 entrase en vigor la nueva normativa R129, hemos notado cambios en las sillas infantiles para el coche. Cambios en la manera de clasificarlas (ahora es por talla, cuando antes era por peso) y cambios también en las propias sillas, como cabezales y laterales más gruesos, por ejemplo.
La actualización de cualquier normativa nunca está exenta de cuestiones no resueltas, bien porque han quedado olvidadas en el texto del reglamento antiguo, bien porque no se han llegado a desarrollar en el texto nuevo con la suficiente profundidad (o sentido común). Y esto que está a la orden del día en regulaciones y legislaciones que afectan a otros ámbitos, ha sucedido también en el de las sillas de auto.
Desde 2019 se han incorporado al mercado sillas infantiles a contramarcha para peques que pesan más de 25 kg, y no necesariamente porque sean mejores, más robustas o eficaces, sino porque con la nueva normativa de homologación y por razones que no llegamos a entender, los fabricantes tienen la libertad de poner en las etiquetas el peso que quieran, es decir, hasta 32, 36, 60 o incluso, por qué no, 100 kg.
En 2022 se lanzaron al mercado dos productos etiquetados hasta los 36 kg: La Axkid Minikid 3 y la Besafe Stretch.
Conocedoras del agujero que existe en la normativa R129 en relación al etiquetado de pesos, desde este espacio requerimos en sucesivas ocasiones la comprobación técnica que avalase el peso de la etiqueta en cada modelo, y recibimos por parte de ambas marcas la respuesta de que se habían testado con un Dummy Q6 (de 113 cm y 23 kg) que había sido lastrado hasta los 36 kg.
En nuestra opinión y por todos los motivos expuestos en nuestra tercera edición de la guía de sillas a contramarcha https://acontramarcha.com/pdf/ebook3.pdf y en el vídeo explicativo de más de dos horas que grabamos el 15 de diciembre de 2022 y que puedes encontrar aquí https://www.youtube.com/watch?v=AWDX9KoxO9s, no consideramos que el aumento unilateral del peso de un dummy de 23 kg hasta los 36 kg, sea algo técnicamente aceptable, pues según explicamos en nuestro especial y también en el vídeo, este procedimiento no cumple los requisitos de repetibilidad y reproducibilidad básicos en cualquier normativa de homologación.